Análisis de transposiciones

VANESSA BEECROFT
En cuanto al trabajo de las compañerxs que traspusieron la obra de Vanessa, nos pareció super interesante como lo abordaron y lo que aquello transmitía.
Su instalación era simple, pero con mucha expresividad y sutileza.
Un cuerpo desnudo de una mujer en un espacio pequeño, con telas blancas como símbolo de pureza, rodeada de varios espejos que deformaban un tanto la imagen.  
Fue muy interesante la sensación de presenciar y permanecer observando los movimientos sutiles, lentificados de un cuerpo desnudo al tocarse, mirarse, reconocerse.
Cuando hablé con una de las chicas, me contó que su idea era que el espacio esté abierto para que aquellos que quieran puedan involucrarse en el espacio, tocarse, mirarse en los espejos de manera deforme. Pero la desnudez al parecer, generó incomodidad, y hubo pocos que decidieron entrar y formar parte. Esto hace pensar en la incomodidad del estado del cuerpo en su estado más natural que es la desnudez, dejando de lado todo aquello que nos cubre. La naturalidad y la belleza orgánica la dejamos totalmente de lado, y nos hace sentir extraños. Se nos confronta y nos cuestiona por qué.


TAKASHI ITO
Agotadas luego de dar como terminada nuestra mesa, dimos media vuelta y notamos por primera vez la instalación de la mesa vecina. Desde afuera lucía una tela oscura que cubría su instalación y se escuchaba constantemente un sonido sofocante, agudo y extraño, que resaltaba nuestra atención. Al entrar observamos una multiplicidad de pantallas que reflejaban nuestra imagen y una luz que durante un tiempo determinado cambiaba de color. El ambiente estaba realizado con una unidad estética similar a la que Takashi Ito hacía.
Para nosotras fue abrumador observarse a uno mismo en dos pantalla de manera distorsionada y a la vez oír constantemente los audios estruendosos. Nos pareció una propuesta muy interesante; se refleja moderadamente al artista que eligieron.




CLAUDE CAHUN
Una mesa que nos dió que hablar y pensar fue la de Claude Cahun. Nos llamó mucho la atención la forma de presentar y de hablar del artista. Creemos que estuvo re bien lograda, se notaba el esfuerzo y lo que querían decir a través de la instalación.
Claude es una mujer que se hace una autoreflexión sobre la identidad, sobre el género y sobre ella misma. Su obra es una puesta en duda de lo que está establecido. Apoya la idea de que la identidad está siendo reconstruida constantemente, y en constante cambio. Entonces incorpora y trae, la idea de una máscara. Donde nunca se logra mostrarse verdaderamente como uno es.
Las compañerxs de la mesa de Claude tomaron la idea de la serie de capas que conforma a un ente, que la cubre y no deja ver su esencia. En el centro de todas estas capas, un maniquí desnudo, haciendo representación de lo más íntimo e intrínseco de cada uno. La esencia. El maniquí, sin cara pero con espejos como metáfora de todos. El rostro también es una máscara. Donde cada unx se ve reflejado, donde el maniquí podemos ser todxs. Cada una de estas capas podría ser intervenida, como las propias “capas” del ser humano, reconstruyendo su propia identidad. Con hilo, aguja, cortando con tijera, cuter dibujando, creando lo que cada unx quiera. El hecho de intervenir la propia instalación nos llevó a sentirnos más afines con su trabajo.
Como frutilla del postre para sentirnos un poco más tocadxs, en una de las capas estaban todas las caras de quienes formamos parte de la cátedra, nuestras fotos de facebook. Nada mejor representativo de máscara, de una de las tantas capas de quienes somos.
Creo que lxs compañerxs lograron trabajar con el tema de la pregunta de la identidad, ponerla en cuestión. Nosotrxs nos quedamos con eso, con una gran incógnita de como se construye y se hace visible.

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